Se llama domótica a la rama de la arquitectura que se ocupa de hacer
de la casa un lugar más seguro, cómodo y funcional, aprovechando los avances
tecnológicos de todas las disciplinas. Para dar algunos ejemplos comprensibles
a todo público, valen estos:
* Ventanas y puertas que pueden controlarse por control remoto, mediante un panel de mando que incluso puede ser el mismo control remoto del televisor, o un teléfono celular.
* Ventanas y puertas que pueden controlarse por control remoto, mediante un panel de mando que incluso puede ser el mismo control remoto del televisor, o un teléfono celular.
* Sistemas automáticos de control de incendios.
* Sistemas de cierre de persianas, encendido de luces (externas e
internas) por células fotoeléctricas.
* Climatización automática por geotermia de pozo, de valla, de
aprovechamiento solar, etc.
* Alarmas, sistemas de detección de movimientos y otros sistemas de
seguridad.
Hay más cosas, pero esas son las más importantes, y la mayoría de
otros componentes domóticos se refieren a algunos de estos ítems. Los avances
en la informática y la electrónica han sido las causas del desarrollo domótico,
sin embargo en la historia de la arquitectura nos encontramos muchas cosas que
han usado desde siglo, o incluso milenios atrás para lograr objetivos
similares.
En esta página intentaremos rescatar aquellos aspectos de la
domótica que son más independientes, menos susceptibles de disfunciones que
representen un peligro para la casa y sus habitantes, y aquellos trucos
domóticos de la antigüedad que nos aportan aún hoy iniciativas técnicas
creativas, estéticas y funcionales.
Para ello vamos a dividir la domótica en tres secciones
fundamentales, que son: SEGURIDAD, COMODIDAD, HABITABILIDAD. Nos vamos a
referir en este apartado, casi exclusivamente a las casas dentro de una finca o
terreno, a un chalet o bungalow, no a un edificio de pisos, en los cuales las
normativas son más generales y hay menos margen de diseño, desarrollo y
reformas posteriores. Vamos a ver las generalidades conceptuales, para luego
ampliar en esta y otras páginas.
SEGURIDAD:
Se refiere a factores internos y externos:
1) Seguridad Interna: Se refiere a sus usos habituales, por lo que
entran en juego los sistemas contra incendios, detectores de gases pesados,
botones de auxilio conectados con otras partes de la casa o con servicios de
emergencia médica.
En las casas piramidales (o cualquier casa y sobre todo si es de
madera) un buen sistema contra incendios es el de paneles de circuito fino
(tipo radiador), que son accesorios del agua sanitaria, colocados en los
lugares estratégicos según la forma y distribución de la casa. Estos paneles
llevan tubos finos con válvulas de cera, que se abren y mojan todo cuando la
temperatura interior supera los 50 ó 55 grados, o cuando los termostatos
colocados en zonas de riesgo mayor, como la cocina, indican esa temperatura a
nivel del cielo raso. En todo lo referente a seguridad la domótica se apunta
varios garbanzos. Los indicadores de gases pesados abren automáticamente unas
trampillas colocadas a nivel raso del suelo, permitiendo escapar el monóxido de
carbono u otros gases que se pudieran producir accidentalmente por actividades
de los usuarios o intencionalmente por parte de intrusos.
Los botones de auxilio médico o policial, para ser domóticamente completos, deben incluir la apertura automática de la puerta de acceso a la propiedad y la principal de la casa, lo que permitirá entrar a los servicios policiales o médicos sin pérdida de tiempo ni tener que pasar por la conflictiva y difícil situación de tirar la puerta abajo si ha quedado cerrada con llave al momento del pedido de auxilio.
Los botones de auxilio médico o policial, para ser domóticamente completos, deben incluir la apertura automática de la puerta de acceso a la propiedad y la principal de la casa, lo que permitirá entrar a los servicios policiales o médicos sin pérdida de tiempo ni tener que pasar por la conflictiva y difícil situación de tirar la puerta abajo si ha quedado cerrada con llave al momento del pedido de auxilio.
2) Protección externa, como alarmas conectadas con la policía o
agencias de seguridad, sensores de movimiento exterior, encendido de luces
automático en función de los mismos, puertas blindadas, alambradas o vallados
conectados con las alarmas, sistemas de repelencia que pueden ser varios tipos
y tocamos en tema aparte,.. En general, sistemas destinados a detectar,
disuadir o impedir el acceso de animales o personas extrañas a la casa. Algunos
elementos de la domótica nos permitirán combinar la seguridad interna con la
protección externa, pero mucho más importante que la domótica, es la
planificación arquitectónica.
Por ejemplo: Si se vive en una ciudad socialmente peligrosa por la
delincuencia (la mayoría de las grandes ciudades en cualquier país del mundo),
es preciso restringir las posibilidades de acceso fácil. Si se tiene una
"puerta de atrás" no de la casa, sino de la finca, por más controles
domóticos que tengamos, como alarmas, censores, etc., dicha puerta representa
un riesgo mayor de intrusión que tener fallas en la seguridad de la entrada
principal. En muchos casos los habitantes desean tener una salida a la otra
calle para ahorrarse caminar algún centenar de metros, pero si se desea más
seguridad, la puerta de atrás de la propiedad (que no de la casa, repetimos)
debe contar con más dificultad de acceso desde el exterior, que la puerta
principal. O bien, resignar esa comodidad y clausurarla haciendo esa entrada
tanto o más invulnerable que el resto del perímetro.
Ahora hablemos de la puerta de atrás de la edificación. Pues aquí la existencia de este acceso es imprescindible, porque la seguridad que brinda en un incendio o cualquier necesidad de abandono rápido del edificio, tiene prioridad sobre la seguridad ante un riesgo de intrusión. Y aún por ese motivo, es posible que en una hipotética intrusión sea necesario escapar por esa puerta trasera. Es decir que una puerta trasera en la casa es una necesidad por seguridad, no por comodidad. En algunos lugares es obligado incluso por normativas urbanísticas. En los domos y pirámides, como en casas ubicadas en sitios donde las características ambientales, por muchas razones no convenga tener dos puertas, han de tener al menos una ventana-trampa, es decir una ventana que aún teniendo reja, ésta pueda abrirse y facilitar el escape del edificio, o su ingreso por parte de los habitantes en casos como pérdida de las llaves u otras circunstancias. Estas ventanas con trampa deben tener un sistema domótico o meramente mecánico bien disimulado y su existencia debe ser tan secreto como el código de la alarma. No debe ser conocida por nadie que no sea habitante de la casa.
Ahora hablemos de la puerta de atrás de la edificación. Pues aquí la existencia de este acceso es imprescindible, porque la seguridad que brinda en un incendio o cualquier necesidad de abandono rápido del edificio, tiene prioridad sobre la seguridad ante un riesgo de intrusión. Y aún por ese motivo, es posible que en una hipotética intrusión sea necesario escapar por esa puerta trasera. Es decir que una puerta trasera en la casa es una necesidad por seguridad, no por comodidad. En algunos lugares es obligado incluso por normativas urbanísticas. En los domos y pirámides, como en casas ubicadas en sitios donde las características ambientales, por muchas razones no convenga tener dos puertas, han de tener al menos una ventana-trampa, es decir una ventana que aún teniendo reja, ésta pueda abrirse y facilitar el escape del edificio, o su ingreso por parte de los habitantes en casos como pérdida de las llaves u otras circunstancias. Estas ventanas con trampa deben tener un sistema domótico o meramente mecánico bien disimulado y su existencia debe ser tan secreto como el código de la alarma. No debe ser conocida por nadie que no sea habitante de la casa.
En cuanto a aparatos, los que han seguido progresando en el mercado
son los censores de movimiento, alarmas, cámaras y en algunos países, sistema
de electrocución no letales (mucho voltaje, mínimo amperaje) y siempre en zonas
interiores de la finca, no en muros perimetrales. Esto último, en países totalitarios
como los europeos, tampoco está permitido, pues allá se le impone a la gente
una reglamentación urbanística extrema sobre lo que se supone que es "de
su propiedad" (cómo debe pintarla, las alturas interiores y exteriores,
los tamaños de las aberturas, etc.) un sinfín de reglas, que hacen que la casa
sea del Estado, se le pague un alquiler con lo caro de los impuestos, se multen
contravenciones ínfimas y una larga serie de aberraciones
político-urbanísticas, que en vez de "regular", entran en el terreno
de "reprimir" al arquitecto y al propietario.
Al mismo tiempo que se prohíbe incluso los perímetros de seguridad
interiores, como vallas electrificadas o cualquier sistema de disuasión y/o
defensa real, las leyes europeas protegen a los delincuentes, con sanciones
gravísimas para el propietario, aún por lesiones autoinfligidas del intruso.
Ello ha disparado el negocio de las cámaras y las agencias de seguridad, que
abarca hasta las clases trabajadoras. Sin embargo, ni aún así ha recuperado la
domótica el prestigio necesario para imponerse masivamente, lo que ahorraría
muchos problemas a los usuarios si se publicitase mejor y se usara
creativamente. Por ejemplo: Cuando la casa queda sola, por vacaciones o rutina
diaria, los elementos disuasorios suelen ser cámaras ( a veces falsas),
cerraduras y concertinas.
Las concertinas son serpentinas de púas que se colocan sobre los
muros perimetrales. En ningún país de Europa están autorizadas. Pero todo esto
no resulta tan disuasorio como la presencia de personas en la casa, cosa que un
uso inteligente de la domótica puede simular muy bien. Los temporizadores para
luz, o una radio y un TV durante el día, programados correctamente para
que se encienden y apagan alternativamente en diferentes sitios de las casas, por
ejemplo son más efectivos en la mayoría de los casos, que toda la parafernalia
de repelencia u obstáculos. Si se enciende una radio durante media hora y
cuando se apaga, un minuto después se enciende un televisor en otra habitación,
para bajarse las persianas de la misma cinco minutos después, es muy poco
probable que entre un ladrón. Suelen vigilar durante días, antes de "dar
el golpe".
Existen secuencias programadas inteligentes, con accesorios de
grabaciones, para hacer que haya una manifestación de presencia humana aparente
en una casa, cada quince minutos. Cuando están bien cronometradas, la sensación
de presencia no deja lugar a dudas de que hay al menos dos personas, una
despierta o quizá las dos.
COMODIDAD: Siempre la comodidad y la seguridad deben estar
íntimamente relacionadas a la hora de diseñar una casa; ahí se encuentra el
punto de mayor cuidado, porque la habitabilidad, que veremos luego, suele
surgir de una buena combinación de seguridad y comodidad, más diversos aspectos
morfológicos y accesorios de la casa.
Entre los factores de comodidad más solicitados, se encuentran la
distribución de las habitaciones, los accesos y las instalaciones (cableados,
etc), pero muchas veces los clientes o el arquitecto pasan por alto la
prioridad que tienen la seguridad y la funcionalidad. Por eso el punto delicado
es la combinación, como dijimos antes, de hacer que la casa sea cómoda y
segura. Cuando se extreman las necesidades de seguridad justificadamente, hay
que resignar ciertas pretensiones de lo cómodo. Si estamos en sitio donde
podemos instalar un generador eléctrico autónomo y automático, entonces valdrá
la pena contar con persianas y puertas de cierre domótico, pero si no
disponemos de esa seguridad de suministro eléctrico, la domótica puede representarnos
un riesgo o cuando menos grandes incomodidades en algún momento. Por eso,
a pesar de los avances de la domótica, muchos arquitectos prefieren dedicarla a
la seguridad y con reservas, y no a la comodidad. No faltan razones para ello.
Como ejemplo: Es mucho más probable un fallo en un circuito
electrónico, un corte eléctrico con falla del generador auxiliar, que una
rotura en los tirantes de correa de una persiana o que se encasquille el
picaporte.
Algunos productos domóticos como sistemas de iluminación, manejo de
persianas y otros sistemas automatizados han causado tales problemas en los
primeros años de salida al mercado, que la mayor parte de los usuarios y sus
referidos (parientes, vecinos y amigos) han desistido de incorporar la domótica
a sus casas. Quizá ha sido por la prisa en ganar dinero que han tenido los
primeros fabricantes, pero lo cierto es que recuperar el prestigio perdido no
es fácil en ningún mercado.
HABITABILIDAD: Es el conjunto de características que hacen de la
casa un útil en todos los aspectos. En la habitabilidad se trata la
climatización, la seguridad ante fuerzas naturales, los efectos biológicos de
la construcción, de sus materiales, etc., el aprovechamiento de las formas del
edificio, de sus espacios. etc.
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en próximos días, seguiremos actualizando estas páginas.Contacto: Piramicasa eduardoginer@gmail.com
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